El mercado de electrodomésticos argentino enfrenta uno de sus momentos más difíciles. Aunque las promociones y las líneas de crédito propias intentan mantener el volumen de ventas, referentes de la industria advierten sobre una caída sostenida en la facturación y márgenes de ganancia cada vez más estrechos. La volatilidad de las tasas de interés, sumada a la creciente competencia y al costo del financiamiento, amenaza con poner en jaque a toda la cadena comercial.
En los últimos meses, la venta de bienes durables como heladeras, lavarropas y televisores se sostiene principalmente gracias a estrategias de financiamiento internas y descuentos. Sin embargo, detrás de esta aparente estabilidad, la rentabilidad se ve cada vez más erosionada. «El mercado ya estaba frenado y ahora las tasas elevadas complican aún más el panorama. Lo que se sacrifica es el margen de ganancia», reconocen desde una de las principales cadenas del sector. Según explican, el financiamiento con tarjeta de crédito, que solía ser un motor de ventas, ahora se convirtió en una carga compartida entre bancos y comercios.
El desembarco de importadores, que ofrecen productos con precios competitivos, forzó a las grandes cadenas a intensificar promociones y financiamiento a través de sus propias líneas de crédito. Si bien esto ayuda a mantener el nivel de ventas en unidades, la facturación en pesos muestra una tendencia en descenso. Un caso concreto: una de las empresas líderes reportó ingresos mensuales de $9.000 millones entre marzo y mayo, que se redujeron a $7.800 millones en junio, $7.500 millones en julio y se espera que apenas lleguen a $5.500 millones en agosto.
El aumento de los costos internos, agravado por la inestabilidad en las tasas, se refleja en una ecuación cada vez más difícil de sostener. «El costo de la mercadería vendida debería rondar el 50%, pero hoy está en un 75%», detalló un ejecutivo del sector. Esto obliga a los comercios a liquidar stock para afrontar pagos de sueldos, préstamos y cheques, mientras los bancos se quedan con lo poco que queda de rentabilidad.
Frente a este escenario, la Federación Argentina del Comercio y Artefactos para el Hogar (FACA) alertó sobre la fragilidad del sector, especialmente en el interior del país. Roberto Slobodianiuk, integrante del Consejo Directivo de FACA, señaló que si bien hay una leve recuperación respecto a principios de 2024, se parte de un piso tan bajo que el rebote es apenas perceptible. «El 80% de los consumidores prioriza alimentación, salud y educación; los bienes durables quedan relegados», explicó. Menos del 15% de los compradores accede a promociones y créditos, mientras que el resto se aleja por temor a endeudarse o por la falta de convenios atractivos, especialmente para las pymes.
La situación se agrava con la medida que permite compras directas desde Tierra del Fuego sin impuestos. Para el consumidor puede ser tentador, pero para los comercios pequeños es una amenaza a su subsistencia, ya que pierden ventas ante la competencia de productos hasta un 30% más baratos online.
Desde una perspectiva macroeconómica, Guido Lanzillotta, director ejecutivo de Assur Capital, explicó que la actual volatilidad en las tasas de interés se debe a un desajuste entre la baja acelerada de la inflación y el costo del financiamiento para pymes, que supera incluso en diez puntos a la inflación proyectada. Esta situación responde, en parte, a las medidas del Banco Central para controlar el dólar y estabilizar precios, que terminaron elevando el costo del crédito para empresas y consumidores.
Tanto Lanzillotta como el ministro de Economía, Luis Caputo, consideran que estas dificultades serían temporales y que, tras las próximas elecciones, las tasas deberían estabilizarse. Sin embargo, en el sector la sensación es que el consumo de bienes durables está sostenido artificialmente y que la suba de costos, junto a la volatilidad financiera, compromete la viabilidad del negocio.
El futuro de la industria será tema central en el Día de la Industria, el 2 de septiembre, donde más de 180 pymes bonaerenses se reunirán con autoridades provinciales y nacionales en busca de señales concretas sobre el rumbo económico. Mientras tanto, la incertidumbre domina el clima empresarial y los actores del sector aguardan medidas que les permitan recuperar competitividad y rentabilidad.


