La carrera hacia las elecciones presidenciales de 2027 en Argentina ya comenzó a delinear las estrategias de los principales actores políticos. El concepto clave que define el escenario es el de «Partido del Balotaje»: la capacidad de articular alianzas amplias que aseguren no solo la llegada a una segunda vuelta, sino también la victoria final.
Desde la reforma constitucional de 1994, el balotaje se convirtió en el mecanismo que obliga a las fuerzas políticas a buscar acuerdos y a sumar aliados más allá de sus bases tradicionales. Ejemplos recientes confirman este camino: Mauricio Macri en 2015 y Javier Milei en 2023 alcanzaron la presidencia tras formar coaliciones que superaron sus propios límites partidarios y capitalizaron el voto de otros espacios en la segunda vuelta.
El desafío de Milei: de la minoría a la construcción amplia
El gobierno de Javier Milei enfrenta el reto de transformar su gestión de minoría en un proyecto más inclusivo y representativo. Hasta ahora, la estrategia oficialista ha sido sostenerse en el Congreso mediante alianzas fragmentarias y resistencia a través del veto presidencial. Sin embargo, esta táctica parece limitar las posibilidades de constituir un «Partido del Balotaje» robusto para 2027. La prioridad del oficialismo, además, está puesta en contener investigaciones judiciales sensibles, como el llamado CriptoGate que involucra a los hermanos Milei, antes que en ampliar su base de apoyo.
La reciente movida del flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán, quien viajó a Salta para negociar con el gobernador Gustavo Sáenz y sumar a la diputada Yolanda Vega a las filas oficialistas en la comisión investigadora, demuestra la fragilidad de la construcción parlamentaria del Gobierno. A pesar de los esfuerzos, la oposición logró el control de la comisión clave y la investigación avanza tanto en Argentina como en Estados Unidos, generando nerviosismo en la Casa Rosada.
El peronismo y la oportunidad de revertir la historia
En contraste, el peronismo parece haber encontrado un nuevo impulso tras las recientes elecciones en la provincia de Buenos Aires. El resultado, con un 47,28% de los votos y la ruptura de una racha negativa en comicios legislativos, sugiere que el justicialismo podría estar en condiciones de reeditar la fórmula ganadora del «Partido del Balotaje». Axel Kicillof, gobernador bonaerense, ha jugado un rol central al proponer a Jorge Taiana como primer candidato a diputado nacional, logrando desactivar disputas internas y consolidar su propio liderazgo con vistas a 2027.
El desplazamiento de Cristina Kirchner del centro del debate electoral y la capacidad de Kicillof para proponer sucesores fortalecen la posición peronista frente a un mileísmo que, por ahora, se muestra replegado sobre sí mismo.
Las alianzas provinciales, el nuevo tablero
Otro factor determinante es la emergencia de la liga de gobernadores de «Provincias Unidas», conformada por mandatarios de provincias clave como Córdoba y Santa Fe, y que busca ampliar su influencia incorporando nuevos miembros como Gustavo Valdés (Corrientes), Marcelo Orrego (San Juan) y Claudio Poggi (San Luis). Incluso Mauricio Macri coquetea con sumarse a este espacio, que podría convertirse en un actor decisivo en la negociación nacional.
La liga ha logrado sumar a intendentes de peso, principalmente de la UCR, y se configura como un espacio de poder alternativo tanto al oficialismo de Milei como al peronismo tradicional. En Buenos Aires, la suerte de esta alianza dependerá en parte del desempeño de Florencio Randazzo, su candidato en el distrito más grande del país.
Presupuesto, vetos y el pulso con el Congreso
Mientras tanto, el Gobierno busca blindar su frente legislativo presentando los lineamientos del presupuesto 2026, intentando evitar que el Congreso se reúna para rechazar los vetos presidenciales a temas sensibles como universidades y la distribución de fondos a las provincias. La falta de coherencia en la estrategia oficialista —vetando iniciativas que luego implementa por vías alternativas— confunde tanto a la oposición como a los propios aliados y ha abierto espacios de autonomía para los gobernadores.
Con vistas a 2027, el éxito dependerá de quién logre construir la alianza más amplia y representativa. La historia reciente demuestra que ningún partido puede ganar solo: el verdadero desafío es armar el «Partido del Balotaje» capaz de atraer y contener la diversidad del electorado argentino.


