Hace poco más de medio siglo, la FIFA intentó instaurar el Día Mundial del Fútbol con una propuesta ambiciosa: reunir a las máximas figuras europeas y sudamericanas en un solo campo de juego. El evento, celebrado el 31 de octubre de 1973 en el Camp Nou de Barcelona, estaba llamado a ser un hito global, pero terminó siendo un episodio olvidado en la historia del deporte.
La idea nació durante una cena en Madrid, en 1972, con Sir Stanley Rous –presidente de la FIFA en ese entonces– y dirigentes de la Real Federación Española de Fútbol. Rous quedó entusiasmado con la propuesta y logró la aprobación en la sede de la FIFA en Zurich. El plan era simple: un partido anual entre selecciones de Europa y Sudamérica, con sedes rotativas.
Como la iniciativa surgió en España, la primera edición se organizó en Barcelona. El Camp Nou, con capacidad para cerca de 100.000 espectadores, solo recibió a unos 20.000 fanáticos esa noche. Lejos de la multitud esperada, el estadio lució semivacío para presenciar un choque de estrellas que, en la previa, prometía espectáculo y clase.
La selección sudamericana, dirigida por Omar Sívori y el brasileño Mario Zagalo, incluyó a cuatro argentinos: Miguel Santoro, Enrique Wolff, Daniel Carnevali y Miguel Brindisi. Completaron el equipo figuras como Teófilo Cubillas, Héctor Chumpitaz, Hugo Sotil, Roberto Rivelino y Carlos Caszely, entre otros. La lista europea, bajo el mando de Ladislao Kubala, brillaba con nombres como Johan Cruyff (que había debutado con Barcelona apenas tres días antes), Eusebio, Giacinto Fachetti, Gigi Riva y varios españoles, portugueses y neerlandeses de renombre.
Sin embargo, las ausencias pesaron tanto o más que las presencias. Lesiones, negativas de clubes y problemas de agenda dejaron fuera del evento a astros como Franz Beckenbauer, Gerd Müller, Johan Neeskens, Sandro Mazzola, Pat Jennings y Bobby Moore. La organización reconoció que, en un partido de estas características, reunir a todos los convocados era casi imposible, aunque aseguraba que los reemplazantes estaban a la altura.
Más allá de las dificultades, el partido se jugó y cumplió con su promesa de espectáculo: terminó igualado 4-4. Por Sudamérica, vistiendo la camiseta del Barcelona, marcaron Sotil, Cubillas, Brindisi y Chumpitaz. Del lado europeo, anotaron Eusebio, Salif Keita, Juan Manuel Asensi y Kurt Jara. La definición por penales fue favorable a los sudamericanos, gracias a la actuación del arquero Daniel Carnevali, quien atajó tres ejecuciones. El trofeo, una creación de la joyería Puig Doria bautizada “Cien años de FIFA”, fue para los vencedores, aunque su paradero actual es incierto.
El contexto del fútbol en aquel momento estaba atravesado por la preocupación por la violencia en el juego, con los recientes recuerdos de las lesiones sufridas por Pelé en los Mundiales de 1962 y 1966. Rous, en entrevistas previas, destacó que el objetivo era ofrecer un partido sin brusquedades, que sirviera de ejemplo a millones de aficionados en todo el mundo sobre cómo se debía jugar al fútbol.
El evento, sin embargo, no logró el impacto esperado. Más allá del buen nivel y los goles, la escasa convocatoria y la complejidad para organizarlo hicieron que la idea se desvaneciera rápidamente. La segunda edición, prevista para 1974 en Lima, nunca se concretó. Ese mismo año, Rous perdió la presidencia de la FIFA ante Joao Havelange, y el proyecto quedó en el olvido.
Un dato curioso: entre los asistentes al estadio estuvo Francisco Franco, dictador español, junto a autoridades de FIFA y la Confederación Sudamericana. La jornada también tuvo su anécdota amarga, con el robo de la billetera de Eusebio, que perdió 4.000 dólares en vestuarios.
¿Existe hoy el Día Mundial del Fútbol? No fue hasta 2023 que la ONU instituyó el 25 de mayo como fecha oficial, en homenaje al centenario del primer torneo internacional con equipos de todas las regiones, celebrado en París 1924. La resolución reconoce al fútbol como un vehículo para la paz, el desarrollo y la cooperación entre pueblos, una meta que aquel partido de 1973 intentó, sin éxito, anticipar.

 
                                    
