El tradicional Día de la Madre en Argentina volvió a mostrar señales de debilitamiento en el consumo minorista. Según datos publicados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas en comercios pymes registraron una baja del 3,5% respecto al año anterior, medida a precios constantes. Se trata del cuarto descenso interanual consecutivo para una fecha históricamente fuerte en el calendario comercial, reflejando el deterioro del poder adquisitivo de los hogares y un contexto de consumo cada vez más restringido.
A pesar de los esfuerzos del sector por incentivar las compras —con el 83,5% de los comercios aplicando descuentos, promociones y cuotas sin interés—, el movimiento no alcanzó para revertir la tendencia general. Los comerciantes coinciden en que herramientas como el adelanto de bonos provinciales y otros beneficios especiales aportaron algo de oxígeno, pero no compensaron la merma general.
Ticket promedio: más alto nominalmente, pero menor en términos reales
El informe de CAME señala que el ticket promedio de las compras para el Día de la Madre llegó a $37.124, lo que representa un aumento nominal del 9,8% comparado con los $33.819 del año anterior. Sin embargo, al ajustar por la inflación, el valor real del gasto por familia descendió un 16,7%, dejando en claro que, si bien se desembolsó más dinero, la capacidad de compra fue menor. Así, las familias optaron por regalos más económicos o directamente limitaron sus compras, incluso en una fecha tradicionalmente significativa.
Promociones que no alcanzan y márgenes bajo presión
La amplia adopción de estrategias comerciales —como reintegros bancarios, ofertas cruzadas y financiación extendida— permitió sostener el movimiento en algunos rubros, pero los resultados no se tradujeron en un aumento efectivo del consumo. Para muchos comerciantes, estas promociones absorbieron buena parte de los márgenes de rentabilidad, dejando un balance de ventas discretas y ganancias reducidas.
Los consumidores priorizaron productos de menor valor y compras planificadas. Por ejemplo, en el rubro librería, las operaciones se centraron en agendas y artículos de papelería económica, con escasa salida de productos de mayor precio. Este comportamiento se repitió en otros segmentos donde los clientes buscaron precios accesibles y recortaron gastos no esenciales.
Desempeño desigual entre los rubros
El análisis sectorial de CAME muestra que, en términos reales, la mayoría de los rubros experimentó caídas frente al Día de la Madre del año pasado. Electrodomésticos y artículos para el hogar retrocedieron un 8,4%, consolidando la tendencia de baja en el consumo de bienes durables. La indumentaria cayó un 5,3%, pese a la abundancia de promociones, mientras que calzado y marroquinería logró un leve crecimiento del 1,8%.
El único sector que sobresalió fue el tecnológico, que experimentó una suba real del 15,7%, impulsada por el recambio de dispositivos y las facilidades de financiación. En contraste, cosmética y perfumería mostró la caída más pronunciada, con una contracción del 24,2%. El rubro librería también retrocedió un 1,7% en términos reales, aunque la comparación interanual marca una baja del 6,3%.
Expectativas moderadas y un futuro incierto
En cuanto a las expectativas de los comerciantes, el 41,7% consideró que las ventas estuvieron dentro de lo esperado, mientras que el 35% reportó resultados por debajo de sus previsiones y cerca del 23% logró superar sus objetivos. En conjunto, los datos reflejan un desempeño moderado, sin grandes sorpresas, en un contexto donde el gasto de los hogares está condicionado por la restricción del ingreso real.
El Día de la Madre mantiene su relevancia comercial, pero el impulso ya no es suficiente para revertir la tendencia de consumo contenido. El sector minorista enfrenta el desafío de adaptarse a consumidores cada vez más cautelosos, que priorizan el precio y limitan sus compras incluso en fechas especiales.


