La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien actualmente cumple arresto domiciliario tras ser condenada por administración fraudulenta en la emblemática causa Vialidad, se prepara para enfrentar un nuevo proceso judicial por corrupción. El juicio, que comenzará el jueves 6 de noviembre a las 9:30 horas, estará a cargo del Tribunal Oral Federal 7 (TOF 7) y se desarrollará de manera virtual en Comodoro Py, involucrando a más de 140 acusados y contando con la declaración de más de 600 testigos.
Este proceso llega cinco meses después de que la Corte Suprema de Justicia confirmó la condena a seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos a la exmandataria. El nuevo expediente judicial, conocido como los «Cuadernos de las Coimas», se originó a partir de la investigación iniciada en agosto de 2018 por el fallecido juez Claudio Bonadio y el fiscal federal Carlos Stornelli. La fiscal general Fabiana León será la encargada de llevar adelante la acusación en el debate oral.
El documento que da inicio al juicio, de 678 páginas, será leído en la primera audiencia, la cual se realizará en formato online para todos los involucrados. Según la acusación, entre 2003 y 2015 se habría organizado una estructura delictiva dedicada a la recaudación sistemática de dinero ilícito, principalmente a través de empresas contratadas por el Estado y organismos públicos. El Ministerio Público Fiscal sostiene que Cristina Kirchner, junto a exfuncionarios como Julio De Vido, Roberto Baratta, Claudio Uberti, José López y otros, conformaron una asociación ilícita que operó durante doce años para enriquecerse ilegalmente y financiar otras actividades delictivas.
La investigación cobró notoriedad a partir de los cuadernos manuscritos de Oscar Centeno, exchofer de Roberto Baratta, los cuales detallaban presuntos traslados de bolsos con dinero. Estos registros se convirtieron en la base de lo que la justicia considera la «mayor maniobra de corrupción de los últimos veinte años» en Argentina.
De acuerdo con el dictamen del fiscal Stornelli, la asociación ilícita se caracterizó por su estabilidad, la pertenencia de sus miembros y una estructura coordinada en la que cada integrante tenía un rol específico. Según la acusación, la organización estuvo dirigida primero por el expresidente Néstor Kirchner y, tras su muerte, por Cristina Fernández de Kirchner, contando con la participación de altos funcionarios del extinto Ministerio de Planificación Federal.
El expediente principal derivó en seis causas paralelas que investigan presuntas irregularidades en diversas áreas vinculadas a la gestión estatal, tales como la importación de gas licuado, la concesión de peajes, los subsidios al transporte público, la cartelización de la obra pública y el presunto lavado de activos en el extranjero, atribuido al exsecretario privado Daniel Muñoz. Algunas de estas causas ya han concluido con sentencias condenatorias.
El juicio por los Cuadernos de las Coimas se extenderá inicialmente con una audiencia semanal hasta marzo de 2026, momento en el que la frecuencia aumentará a dos veces por semana. En ese extenso proceso, se espera reconstruir el entramado de decisiones, contratos y supuestos pagos ilegales que, según la acusación, permitieron el enriquecimiento indebido de un grupo de exfuncionarios y empresarios en la cima del poder político argentino.
La nueva instancia judicial no sólo vuelve a colocar a Cristina Kirchner en el centro de la escena política y judicial, sino que también desafía la capacidad del sistema judicial para abordar casos de corrupción de gran escala con decenas de imputados y una vasta cantidad de pruebas y testimonios.


