El fútbol argentino atraviesa una verdadera ola de cambios en los bancos de suplentes y el último capítulo lo protagonizó Cristian ‘Kily’ González, quien este fin de semana llegó a un acuerdo con la dirigencia de Platense para dejar su puesto como director técnico del club. La decisión se precipitó tras la dura goleada 3-0 sufrida ante Independiente en Avellaneda, en un partido postergado por la sexta fecha del Torneo Clausura.
El paso del Kily por Platense fue breve pero intenso: apenas 14 partidos, con un saldo de 2 victorias, 6 empates y 6 derrotas. Este rendimiento insuficiente dejó al equipo fuera de la pelea por los playoffs en la Zona B, muy lejos del nivel que mostró meses atrás cuando, bajo la conducción de la dupla Orsi-Gómez, el conjunto ‘marrón’ hizo historia ganando el Torneo Apertura y eliminando a grandes del fútbol argentino.
No solo los resultados en el campeonato local afectaron la continuidad de González. Platense también quedó eliminado en los 16avos de final de la Copa Argentina frente a Independiente Rivadavia de Mendoza. Los directivos ya venían manifestando su preocupación por la falta de reacción y la imposibilidad del entrenador para revertir la situación. Tras la última derrota, González optó por no hablar con la prensa, pero sí se reunió con los máximos dirigentes para acordar su salida. Este lunes, el Kily se despedirá formalmente del plantel.
La salida del Kily González no es un hecho aislado. En lo que va del Torneo Clausura, ya son 12 los entrenadores que abandonaron sus cargos, marcando un semestre de inusual inestabilidad. En las últimas dos semanas, la tendencia se intensificó: Cristian Fabbiani dejó Newell’s tras la derrota contra Argentinos Juniors, Walter Ribonetto fue apartado de Godoy Cruz después de caer ante Lanús, y Lucas Pusineri fue cesado en Atlético Tucumán luego de perder con San Lorenzo. Unos días antes, Gimnasia La Plata había informado la salida de Alejandro Orfila.
Si se amplía la mirada al año completo, la cifra impresiona aún más: 28 entrenadores han dejado su puesto en equipos del fútbol argentino, ya sea por renuncias, despidos o, en un caso particular, por fallecimiento. Este último corresponde a Miguel Ángel Russo, quien murió mientras dirigía a Boca Juniors, un hecho que conmocionó al ambiente futbolístico nacional.
El listado de técnicos que perdieron su trabajo en 2025 incluye nombres de peso y equipos históricos: Marcelo Méndez (Gimnasia La Plata), Facundo Sava (Atlético Tucumán), Walter Erviti (Belgrano), Adolfo Pedernera (Godoy Cruz), Mariano Soso (Newell’s), Sebastián Domínguez (Vélez), Andrés Yllana (Aldosivi), Raúl Antuña (San Martín de San Juan), Alexander Medina (Talleres), Pedro Troglio (Instituto), Kily González (Unión y Platense), Diego Flores (Gimnasia), Ariel Broggi (Banfield), Fernando Gago (Boca), Pablo de Muner (Defensa y Justicia), Favio Orsi y Sergio Gómez (Platense), Diego Cocca (Talleres), Javier Sanguinetti (Sarmiento), Esteban Solari (Godoy Cruz), Mariano Charlier (Aldosivi), Julio Vaccari (Independiente), Alejandro Orfila (Gimnasia), Cristian Fabbiani (Riestra y Newell’s), Walter Ribonetto (Godoy Cruz), Lucas Pusineri (Atlético Tucumán), y el mencionado Miguel Ángel Russo (San Lorenzo y Boca).
Este fenómeno de cambios masivos en la dirección técnica deja en evidencia la presión y la exigencia que reina en el fútbol argentino, donde los proyectos a largo plazo parecen cada vez más difíciles de sostener y los resultados inmediatos son la única vara para medir el éxito. La sangría de entrenadores, lejos de detenerse, suma nuevos capítulos semana a semana.


