La crisis que atraviesa San Lorenzo de Almagro sumó un nuevo y grave capítulo esta semana, luego de que dos integrantes de la Comisión Directiva presentaran sus renuncias y lanzaran duras críticas hacia el presidente Marcelo Moretti y su equipo de gobierno. Marcelo Culotta, vocal sexto y ex candidato a presidente por la lista Orden y Progreso, dio a conocer su dimisión a través de una carta pública en la que denunció el estado «terminal» en el que se encuentra el club y responsabilizó directamente a Moretti y al oficialismo que asumió en diciembre de 2023.
En su mensaje, Culotta no solo apuntó contra el presidente, sino que extendió sus críticas a todo el bloque dirigente, al que calificó como «una banda de inescrupulosos». En su visión, el grupo gobernante antepuso intereses personales sobre el bienestar de la institución y negó información clave a los socios. «La lista de desaciertos es muy larga, pero lo más importante es liberar al club de las garras de quienes han manchado su nombre», sentenció Culotta, al tiempo que exigió la renuncia masiva de la Comisión Directiva como única salida viable para superar la crisis.
Pocas horas después, Agustina Nordenström, vocal décima, siguió el mismo camino. En una carta conjunta con César Francis —candidato presidencial en las últimas elecciones por la lista Volver a San Lorenzo—, Nordenström también responsabilizó a Moretti y a toda la dirigencia por la crisis política, institucional y económica que atraviesa el club. «No vamos a convalidar un gobierno ilegítimo que priorizó intereses propios y defraudó el interés social», afirmaron ambos dirigentes, quienes reclamaron la inmediata acefalía y la convocatoria a elecciones para permitir la reconstrucción del club.
Estas salidas se produjeron en un contexto de creciente malestar interno y tras una fallida convocatoria de Moretti a una reunión en el estadio Pedro Bidegain. Pese a la convocatoria formal, ningún miembro de la Comisión Directiva —ni oficialistas ni opositores— acudió al encuentro. La agenda prevista incluía puntos clave como la reincorporación del presidente tras su licencia, la adopción de medidas urgentes para la gestión y la eventual designación de nuevos responsables para tareas institucionales.
El regreso de Moretti a sus funciones se produjo luego de una nueva aparición pública de Alejandro Rojas, quien en abril había confesado haber grabado una cámara oculta en la que se ve al presidente supuestamente recibiendo 25.000 dólares. Aquellas imágenes, transmitidas por Canal 9, derivaron en una investigación judicial y de la AFA, así como en la licencia temporal de Moretti. Rojas admitió que recibió un pago para realizar la grabación y aseguró que el dinero entregado por María José Scottini —la mujer que aparece en el video— correspondía a una deuda previa con el dirigente. Tanto Scottini como Moretti, por su parte, insistieron en que se trataba de una «donación» para el club.
La crisis de San Lorenzo no solo es institucional y política, sino también económica, según denuncian los renunciantes. En el seno del club ya se habla de una posible acefalía si la ola de dimisiones se repite, lo que obligaría a la Asamblea a adelantar las elecciones y abrir un proceso de renovación total de autoridades. Mientras tanto, diferentes sectores internos mantienen reuniones para analizar los pasos a seguir y buscan consensuar una salida para evitar un mayor deterioro de la institución.
En medio de este escenario, tanto Culotta como Nordenström y Francis reiteraron su compromiso de seguir participando en la vida social de San Lorenzo, aunque desde afuera de la actual conducción. Todos coinciden en que el club solo podrá dejar atrás este crítico momento mediante un cambio profundo en la conducción que devuelva la confianza y la transparencia a sus socios.


