Una investigación de la justicia federal argentina sacó a la luz cómo parte del dinero ilícito generado por el Comando Vermelho, la organización narcoterrorista brasileña, ingresó a la Argentina y se blanqueó mediante un sofisticado entramado financiero que incluyó criptoactivos, empresas fantasma y la adquisición de bienes de lujo. El operativo, que se desarrolló tras un violento despliegue policial en las favelas de Penha y Complejo do Alemão en Brasil, derivó en la condena de ocho miembros de la red en Argentina, quienes admitieron su responsabilidad en el blanqueo de fondos provenientes del narcotráfico.
De acuerdo con la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), uno de los principales operadores de la organización llegó a manejar más de 520 millones de dólares en criptomonedas, utilizando una estructura que abarcó la creación de empresas de fachada y el desvío de fondos hacia la compra de inmuebles y vehículos de alta gama. Una porción sustancial de este dinero siguió una ruta particular: desde Brasil, pasando por Argentina y finalmente llegando a Bolivia, donde el objetivo era integrarlo en el mercado formal para darle apariencia legal.
El tramo argentino de la red fue liderado por Hai Ma, de nacionalidad china; Katherine Yola Chasqui Inta, boliviana; y Juan David Babilonia Mora, colombiano. Todos ellos contaban con residencia e identificación migratoria en el país. Entre agosto de 2022 y agosto de 2023, transfirieron importantes sumas hacia Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, usando canales informales para sortear los controles oficiales y facilitar que el dinero ingresara al sistema financiero como si tuviera un origen legítimo.
En total, se realizaron al menos ocho operaciones que movieron cerca de 700 mil dólares hacia Bolivia. La última de estas transferencias, fechada en septiembre de 2023, involucró a Chasqui Inta y Babilonia Mora en la recepción de casi 150 mil dólares y más de 330 mil pesos argentinos, mientras que Hai Ma intentó también participar en la maniobra. Las autoridades confirmaron estos movimientos tras una serie de allanamientos que incluyeron cuevas financieras, donde se constató que el dinero seguía rutas clandestinas antes de ingresar a manos de los implicados.
El caso fue juzgado por el Tribunal Oral Federal 7, que homologó acuerdos de juicio abreviado con penas de tres años de prisión en suspenso para ocho integrantes de la banda. Además de Ma, Chasqui Inta y Babilonia Mora, figuran Felipe Gabriel Correia Goncalves, Eliamar Das Dores De Melo, Wilson Alexandre Cardoso De Oliveira, Thiago Cardoso De Oliveira y Selma De Lima Muñiz Barbosa. Las multas impuestas suman un total de 2.460 millones de pesos, repartidas según el grado de participación de cada condenado, con montos individuales que van desde 40 millones hasta 720 millones de pesos.
El tribunal también dispuso el decomiso de una importante cantidad de bienes obtenidos a través de las maniobras de lavado, entre los que se cuentan más de 18 millones de pesos, 271 mil dólares, 28 mil reales y 4.500 euros en efectivo. A esto se suma una flota de vehículos de alta gama valorada en más de 130 millones de pesos, con modelos como un BMW 330i, una Ford Ranger, un Volkswagen Vento, un Ford Focus y un Renault Fluence. En particular, a Hai Ma se le confiscó el BMW junto con dinero en distintas monedas, mientras que a Chasqui Inta y Babilonia Mora también se les incautaron sumas en pesos argentinos, dólares, pesos bolivianos y colombianos.
La investigación destacó el papel clave de las criptomonedas y las empresas fantasma para canalizar el dinero ilícito, así como la utilización de bienes registrables para dar una fachada legal a fondos provenientes del narcotráfico internacional. El caso representa un golpe importante a las redes de lavado de dinero transnacional y pone en alerta sobre el uso de nuevas tecnologías y circuitos paralelos para el blanqueo de capitales.


