En una jornada marcada por movimientos políticos de alto impacto, el bloque de diputados de Patricia Bullrich anunció su ruptura con el PRO y su pase al oficialismo de La Libertad Avanza (LLA), en vísperas de una cena clave entre el presidente Javier Milei y Mauricio Macri en la Quinta de Olivos. El salto de los legisladores bullrichistas, gestado tras semanas de negociaciones y tras la venia de la ministra de Seguridad, reconfigura el mapa parlamentario y suma poder al oficialismo en la Cámara Baja.
La decisión de los siete diputados de Bullrich, encabezados por Damián Arabia, no fue sorpresiva para los conocedores del entramado político. El grupo, que incluía a Silvana Giudici, Laura Rodríguez Machado, Patricia Vázquez y Sabrina Ajmechet —además de la futura incorporación de María Luisa González Estevarena y Carlos Almena—, había postergado el quiebre para no afectar los acuerdos electorales en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires durante la campaña. El movimiento se terminó de afianzar tras el retorno de Macri de Chile, donde el ex presidente declaró que el PRO presentaría un candidato propio en 2027, algo que los bullrichistas consideraron una ilusión lejana.
La ministra de Seguridad, que ya se había afiliado a LLA antes de las elecciones porteñas, buscó evitar que Macri “negocie en nombre de su espacio” con el Gobierno, según expresó Arabia a su círculo cercano. El distanciamiento se profundizó cuando Macri no incluyó a Ajmechet entre los candidatos destacados del PRO en la Ciudad, sumado al malestar por los resultados adversos del oficialismo en el Congreso durante los últimos meses.
La movida fue coordinada en las últimas horas por Arabia y Pablo Walter, ambos expulsados del PRO meses atrás. Mientras, Bullrich analizaba sus próximos pasos: aunque en su entorno le sugerían evitar roles institucionales —como la presidencia provisional del Senado o la jefatura de bloque— para mantener su perfil combativo, la ministra no descartaba quedar en la línea de sucesión presidencial.
La reacción dentro del PRO no tardó en llegar. Cristian Ritondo, jefe de la bancada macrista, intentó restar dramatismo al episodio y remarcó que «tiene sentido» la salida de los diputados, dado que varios de ellos habían sido electos bajo la boleta de LLA. Sin embargo, la fuga de legisladores debilita la posición de Macri y refuerza la del oficialismo, que no descarta sumar aún más adhesiones en las próximas semanas.
El escenario se complejiza aún más con la posible renuncia de Silvia Lospennato a su banca para asumir en la Legislatura porteña, lo que permitiría a Bullrich sumar una diputada más, Lorena Petrovic, en detrimento de Macri.
En este contexto, la esperada reunión entre Milei y Macri —reprogramada de almuerzo a cena— cobra una relevancia inusitada. El encuentro, que también contará con la presencia de Karina Milei, hermana y principal asesora del Presidente, se produce tras semanas de fricciones y en un momento donde el oficialismo busca consolidar apoyos para avanzar con sus reformas en el Congreso. El propio Milei había destacado en la previa la «generosidad» de Macri y su disposición a escuchar sugerencias, aunque aclaró que no todas fueron adoptadas.
Macri, por su parte, ha reclamado cambios en áreas clave como Transporte y Trabajo, y ha presionado por una mayor celeridad en la privatización de empresas públicas. Sin embargo, en el entorno presidencial aseguran que, al menos por ahora, no se prevén modificaciones significativas en el gabinete ni la incorporación de figuras macristas en cargos sensibles.
Mientras tanto, en la Ciudad de Buenos Aires, se celebró el acercamiento entre el Presidente y el jefe de Gobierno Jorge Macri, quien mantiene diferencias con su primo Mauricio respecto a la estrategia de negociación con la Casa Rosada. El jefe de Gobierno porteño espera avances en la habilitación de créditos internacionales y la transferencia de competencias al distrito capitalino.
La fractura del bloque bullrichista y su salto al oficialismo marcan un nuevo capítulo en el proceso de realineamiento político, en el que Milei busca consolidar una mayoría parlamentaria y Macri redefine su rol como referente opositor, mientras el PRO afronta una de sus mayores crisis internas desde su creación.


