Este viernes, el gobernador bonaerense Axel Kicillof reunirá en La Plata a los intendentes que forman parte de su espacio, Derecho al Futuro (MDF), para analizar en profundidad la reciente caída electoral del oficialismo. La cita, que se anticipa cargada de reproches y debates, apunta a desmenuzar las causas que llevaron al peronismo provincial a perder más de 14 puntos porcentuales respecto a las elecciones del 7 de septiembre y quedar apenas por debajo de la coalición LLA-Pro en las legislativas del domingo pasado.
El núcleo que respalda el proyecto político de Kicillof está integrado por 42 intendentes del Gran Buenos Aires y del interior provincial. Los primeros análisis muestran que solo 16 de ellos consiguieron mantener la mayoría de los votos para Fuerza Patria, mientras que en 22 municipios, la ola libertaria encabezada por la alianza de Javier Milei y el macrismo logró imponerse claramente. En varios distritos, como La Plata, San Martín, Pilar y La Matanza, el oficialismo perdió entre 20.000 y 30.000 votos en comparación con la elección anterior, hace menos de dos meses.
El temario del encuentro estará centrado en revisar los resultados y responder a las acusaciones provenientes del sector más duro del kirchnerismo, que lideran Cristina Fernández y Máximo Kirchner. Desde esa ala, se insiste en que la decisión de desdoblar las elecciones en Buenos Aires fue un error estratégico, y se cuestiona el nivel de compromiso de los intendentes con la campaña de Jorge Taiana.
Las explicaciones sobre la derrota son tan variadas como los participantes del encuentro. Algunos atribuyen el crecimiento de la alianza libertaria a la migración de votos de terceras fuerzas, que en septiembre habían alcanzado números considerables (600.000 para “Somos”, casi 100.000 para “Hechos” y un caudal importante para los llamados «libertarios blue»). Otros datos indican que dos de cada tres “nuevos votantes” optaron por LLA, y que la participación en la provincia creció del 63% al 68% del padrón, sumando cerca de 550.000 votantes.
Algunos jefes comunales del conurbano sostienen que la falta de participación de votantes extranjeros, habilitados solo para cargos provinciales, influyó en el resultado final. También se apuntará a la implementación de la Boleta Única de Papel, que según anticiparon figuras como Mario Secco (Ensenada) y el propio Kicillof, habría impactado en el desempeño electoral del peronismo.
Uno de los señalamientos más reiterados es la falta de representatividad territorial en las listas de diputados nacionales de Fuerza Patria, armadas por Máximo y Cristina Kirchner sin la presencia de dirigentes comunales. Este descontento se expresó abiertamente en declaraciones como las del intendente de Salto, Ricardo Alessandro, quien atribuyó la derrota a un rechazo a La Cámpora, Máximo y Cristina Kirchner, y a Juan Grabois. En Salto, Fuerza Patria cayó del 45% al 35% en apenas cincuenta días.
Más allá del análisis electoral, la reunión también buscará generar respuestas a las crecientes demandas sociales y diseñar estrategias de gestión efectiva para los municipios aliados. Sin embargo, las diferencias con La Cámpora se perfilan como uno de los ejes centrales del debate. Algunos intendentes, aunque aún no lo expresan públicamente, consideran necesario distanciarse definitivamente de ese sector y reclaman desplazar a Máximo Kirchner de la presidencia del PJ bonaerense, cargo que ocupa desde hace más de tres años y desde el cual, según critican, no convocó a una sola reunión del consejo directivo en 2025.
En este contexto, Kicillof ha dejado en claro su postura tras la derrota del 26 de octubre, advirtiendo sobre el avance de un Javier Milei fortalecido y con intenciones de privatizar y subordinar los intereses nacionales. El gobernador busca posicionarse como alternativa, pero para ello necesita el respaldo incondicional de su grupo y cohesionar al peronismo, una tarea cada vez más compleja.
El desafío inmediato para Kicillof será ordenar su propia gestión y encarar el debate legislativo del Presupuesto 2026, que requiere acuerdos tanto con la oposición como con los aliados internos. Sin el apoyo de La Cámpora y el massismo en la Legislatura, la aprobación resulta prácticamente imposible, lo que refleja una vez más la fragilidad de los equilibrios internos en el peronismo bonaerense.

 
                                    
