Arcade Fire, la emblemática banda canadiense que trascendió géneros con su particular mezcla de rock épico y ritmos bailables, vuelve a estar en el centro de la escena, aunque esta vez no por su música, sino por la vida personal de sus fundadores. Win Butler y Régine Chassagne, quienes formaron tanto la columna vertebral creativa de la banda como una de las parejas más reconocidas del indie internacional, han decidido poner fin a su matrimonio tras 22 años juntos.

La noticia, confirmada mediante un comunicado oficial, sorprendió a los seguidores del grupo y a la industria musical. A pesar de la ruptura sentimental, ambos aclararon que su relación profesional permanece intacta y que seguirán colaborando en Arcade Fire. Además, reafirmaron su compromiso mutuo en la crianza de su hijo, nacido en 2013. “Su trabajo continúa y su vínculo como almas gemelas creativas perdurará, al igual que Arcade Fire”, comunicó la banda.

La historia de amor y música de Butler y Chassagne comenzó en 2003, poco antes de que Arcade Fire lanzara su exitoso álbum debut, Funeral. Desde entonces, la pareja impulsó la creación de algunos de los discos más influyentes de la escena alternativa, como Reflektor y WE. Sin embargo, en 2022, el nombre de Butler quedó envuelto en controversia cuando varias mujeres lo denunciaron por «conducta sexual inapropiada». El músico reconoció haber tenido relaciones fuera del matrimonio, aunque sostuvo que todas fueron consensuadas. Chassagne, por su parte, lo respaldó públicamente, afirmando conocer el corazón de Butler y asegurando que nunca hubo conductas sin consentimiento.

Pese a los escándalos y rumores, Arcade Fire no detuvo su marcha. Este año lanzaron Pink Elephant, el primer disco tras las denuncias, y salieron de gira para presentarlo. El reciente anuncio de separación no parece poner en jaque la continuidad musical del grupo, e incluso anticipa nuevos proyectos y posibles giras.

La convivencia de relaciones personales y artísticas no es una novedad en el mundo del rock. Existen antecedentes emblemáticos: Debbie Harry y Chris Stein, de Blondie, mantuvieron una relación sentimental desde 1973 hasta 1987. Tras su ruptura, la amistad y la colaboración profesional prevalecieron; Harry es madrina de las hijas de Stein. Otro caso icónico es el de ABBA: los matrimonios y divorcios de Benny Andersson y Anni-Frid Lyngstad, así como de Agnetha Fältskog y Björn Ulvaeus, no impidieron que el grupo siguiera colaborando, incluso después de su separación definitiva en 1982 y posterior reunión en 2016.

Quizá el ejemplo más famoso de relaciones sentimentales marcando el pulso de una banda sea Fleetwood Mac. Durante la grabación de Rumours, los divorcios y separaciones entre sus integrantes –Lindsey Buckingham y Stevie Nicks, John y Christine McVie–, sumados a infidelidades, generaron una atmósfera tensa y creativa que dio origen a clásicos como «Dreams» y «Go Your Own Way».

En la escena local, Hilda Lizarazu y Tito Losavio vivieron una situación similar: tras la ruptura sentimental en 1994, continuaron trabajando juntos en Man Ray y otros proyectos, manteniendo una relación profesional saludable.

La historia de Arcade Fire, marcada por la separación de Butler y Chassagne, parece inscribirse en esta tradición donde los vínculos personales y artísticos se entrelazan, a veces generando desafíos, pero también alimentando la creatividad. El futuro de la banda continúa abierto, con la promesa de nueva música y la certeza de que, a pesar de los cambios en lo íntimo, el espíritu colectivo sigue vivo sobre los escenarios.